Titulo: Bait 3D
Dirigido por: Kimble
Rendall
Escrito por: Russell
Mulcahy
Año: 2012
País: Australia.
Reparto: Xavier Samuel, Sharni Vinson, Julian McMahon,
Phoebe Tonkin, Cariba Heine.
Género: Horror,
Thriller, Suspenso.
Valoración: 5,3/10
Sinopsis: La película gira en torno a un tsunami que se
produce en la Costa Dorada de Australia, trayendo consigo un enjambre de
tiburones sedientos de sangre.
CRÍTICA: Si digo
tiburón de inmediato se les viene a la cabeza “Jaws” de 1975 ¿no? Aquella película que Steve
Spielberg dirigió con solo 24 años de edad (en ese entonces) dejando el listón
tan alto para el subgénero de los escualos asesinos que hasta el día de hoy
ninguna otra película ha logrado superar (tal como lo fue El Exorcista para el
de las posesiones y demonios). Teniendo en cuenta la poca originalidad de las
películas de horror estrenadas a diario, de los excesivos remakes, reboot,
secuelas, spin-off, y de ser un género que ha sido tomado para burlas en varias
producciones de la productora Asylum, solo nos queda conformarnos con que la
película por ver entregue entretenimiento y no otra parodia pobre aberrante.
Estando muy de moda el formato 3D, la mayoría de las películas (incluyendo
algunas de serie B que no pasan ni al estreno limitado) están siendo rodadas
tridimensionalmente para crear un efecto de impacto y más realismo a lo que sea
que estemos viendo. ¿De que mierda va todo esto? Pues tranquilo que ya diré el
por qué. El año pasado tuvimos la oportunidad de tener buenas expectativas
cuando luego de un año de espera pudimos ver el adelanto de lo que sería “Shark
Night-3D” película veraniega de tiburones con jovencitos cachondos de vacaciones.
Pero cuando se estrenó con más de algunos pegados en primera fila de la sala de
cine esperando un gran espectáculo, la cinta no había sido más que uno de los
peores bodrios del año 2011 dejando una decepción y gusto a vomito enorme para
los seguidores, ganándose unas cuantas críticas que la destrozaron de pies a
cabeza. Como resultado, más de un 3,9/10 no ha llegado en ningún sitio web y
revistas. Afortunados lo que no la conocen.
Ahora desde la lejana Australia
(país con una excelente reputación en el género de horror) nos llega otra de
tiburones en tres dimensiones titulada “Bait-3D” dirigida por el australiano Kimble
Rendall respetable ayudante de director de grandes cintas como Matrix, I,
Robot, Gosht Rider, Underwolrd entre otras, que por segunda vez se coloca tras
las cámaras para dirigir. Expectantes de la película y de todas las noticias
que circulaban de ella, esperábamos que al menos esta nos hiciera olvidar el
mal rato que nos dejó la infumable cinta de David R. Ellis. Ya cuando salió a
la luz el tráiler, sin llevar siquiera quince segundos de estar viéndolo
pudimos fijarnos aterrados que el presupuesto era bajo y no por nada al día
siguiente se confirmó que su estreno sería “limitado” para luego ir derechito a
la venta en DVD Y BLU-RAY. Estando entre la espada y la pared de si echarle o
no un vistazo sin duda algo pequeño me atrajo como le sucedió a muchos, y tal
como me preguntaron irónicamente mis amigos ¿Que maravilla es la que te hace
darle una oportunidad? Pues su
argumento, que no siendo nada nuevo se aleja bastante del grupo que va por la
aburrida fiesta viéndolos morir tras meterse incontables veces al mar para
plantear una trama compuesta por una terrible catástrofe natural (en este caso
un tsunami) y obviamente tiburones. Estos dos elementos interesantísimos de los
cuales imagine de inmediato que podrían sacar gratificantes secuencias, fueron
los que me hicieron regalarle este merecido
visionado. Aunque entre nos, siendo sincero diré que sin saber del argumento la
iba a ver de todas formas simplemente por el hecho de que la curiosidad mato al
gato y yo por eso mismo esto mas que muerto y enterrado.
Dejándola a propósito
de lado y haciéndome el loco, finalmente me hice un tiempo y la semana pasado
la vi. Sin dificultades Bait 3D arranca con la habitual introducción mostrando
lo que será, pasando velozmente con la
idea de hacernos una breve carta de presentación con personajes a través de sus
problemas personales. Aquella siendo precisa es la simple historia de cinco par
de personas (entre ellas parejas, padre e hija, tipos conflictivos, etc) que se
conocen por vivir cerca y trabajar en el mismo supermercado. Sin sobrepasar los
veintidós minutos comienzan a brotar los problemas que son llevados
discretamente para entrar en calor. El pánico junto con la tensión que se genera
con la situación criminal, causa estragos mínimos que de forma inteligente no
se lleva a cabo dejándola a mitad de camino (ósea sin finalizar) introduciendo un
obligado remesón seguido de una sabrosa ola gigante que inunda el supermercado
arrasando a su paso con unas muertes bruscas y con la destrucción total del
lugar. El envoltorio de drama de crimen intencional quitado eficazmente para
quedar en un papel de catástrofe apocalíptica desprevenida en compañía de
escualos hambrientos, sobra desde un principio siendo que hubiesen podido
haberle sacado mas provecho siguiendo a fondo con el problema personal del chico
protagonista que se deja de lado y cuando lo retoman no logra la conexión
sentimental como debería. Era mucho más interesante ese detalle soso provocado
y conectado con el inicio de la película que el trillado tema criminal que a
finales no tiene una base exacta y coherente que no se explica (y fue mucho
mejor así). Pasado el tsunami que arrasó con todo, en media hora que se te va
volando pasamos al desarrollo.
Ya estando el
supermercado y el estacionamiento inundado producto del gran tsunami, hecho
picadillos y con nuestros protagonistas comenzando a salir de agua
individualmente por ratos hasta estar sanos y salvos sentados sobre los
estantes botados pensando como salir del lugar, nuevamente nos cambian de
Disaster Movie a un Survival con el cual nos quedaríamos hasta el final de la
película. Entrando con discreción, el
tiburón se desplaza nadando lentamente en busca de comida, pero su intento de
no ser descubierto no surte efecto cuando una de las chicas mira que algo se
mueve de bajo del agua arrastrando a una muñeca. Tomándole más importancia a la
situación sabiendo que un tiburón blanco de cuatro metros se ha reunido para
hacerles compañía y ponerse al día con las compras del mes en donde su
prioridad es echar harta carne al carrito metálico. La desesperación, desorientación y el pánico por no ser devorados por la bestia
que está ante sus pies, las “ideas” con riesgos salen a flote trayendo una serie
de muertes que van disminuyendo el numero de supervivientes. Pero como el supermercado no es el único escenario
central, también lo es el estacionamiento donde quedan atrapados cuatros
personajes en sus autos. Uno de ellos es nada menos que un adorable perrito que
tiene una agobiante escena en el agua
que nos hace sudar y decir “¡apresúrate, nada mas rápido cachorrito!” una
escena cliché que disfruté mucho y que termina con un tierno ladrido. Sin embargo, como es de esperarse, el
culebrón romántico de telenovela se introduce en la historia intentando
hacernos caer en un ambiente Psicológico que nos lleva a la conclusión que ha
sido forzado para no ser solo una diversión gore.
Como buenos minutos
finales, Rendall deja las conversaciones y muertes de turno para despegar con el
terror y suspense donde por la divina sabiduría del más allá, a estos chicos se
les viene a la cabeza una idea brillante que todo el tiempo estuvo ahí guardada
pero que no quisieron llevarla a cabo para ver morir a unos cuantos pesados con
actitud insoportable y utilizarlos como carnada en venganza por acontecimientos
que sucedieron en el inicio. El protagonista se deja de mariconadas, le planta
el beso a su chica (esa que lo dejo por otro) agarra fuerza de Rocky y manos a
la obra con el tiburón. Mas gore, viseras, brazos flotando, escopeta, perrito,
gritos y un no parar de elementos que con sencillez nos sacan sonrisa pudiendo
deleitarnos con alegría. Recordando vagamente en varias ocasiones (sin comparación)
a Deep Blue Sea 1999 por el hecho de que las dos transcurren en un lugar
cerrado donde las salidas son escasas y varias secuencias realizadas en el agua
que nos hacen sospechar que Rendall haya sacado una que otra cosita poca de la
película de Renny Harlin. Con harta acción, emoción y slow motion (efectivo) el
infierno llega a su fin con una mini batalla sacada de una película futurista entre
el guaperas y la bestia acuática. En el final optan por sacar a varios con vida
(para ser un survival te impresiona el total de personajes con vida) y sin recurrir al camino de “ya todo terminó,
todo feliz como antes”, cuando logran salir se dan cuenta que ahora tendrán que
lidiar con el desastre que habita afuera, donde está todo destruido. Sin tener un
mísero giro argumental ni sorpresas aun así te lo ves venir de lejos, pero ese
tema de tener que seguir sobreviviendo te deja con buen sabor de boca sin tener
que mamarte el odioso final feliz.
En el reparto tenemos
a puros australianos, partiendo por el actor Xavier Samuel al que vimos en la
imprescindible The Loved Ones. Podría decir que él es el protagonista principal
porque si bien hay varios actores, son tres los que sobresalen por el
rendimiento actoral que presentan. Como chico héroe que toma las decisiones
está bien, pero sigo creyendo que algo le falta en sus interpretaciones porque
nunca termina de convencer por la falta de credibilidad en los personajes,
transmitiendo muy poco al momento del “quiu”. La actriz Sharni Vinson (la que
debutó con Step Up 3D y veremos en las esperadas You’re Next y Patrick)
interpreta a la novia confundida de Xavier. Demostrando que no solo es una
excelente bailarina, Vinson puede llorar y crear fácilmente todo tipo de
sentimientos con su actuación a la hora de entrar en su personaje. Julian
McMahon el lujurioso doctor Troy de Nip/Tuck interpreta a Doyle que vendría
siendo ese personaje que se cambia de bando y termina siendo el segundo héroe
de la historia. Correcto sin mayores logros McMahon es un actor que está tan
familiarizado con el personaje Troy de la serie nombrada anteriormente que
cuesta verlo en algo distinto (como Daniel Radcliffe en Harry Potter). Alex Russell actor que vimos en la sobrevalorada “Chronicle” y que
el próximo año veremos en el remake de Carrie, interpreta al típico chico
chistoso que pasa por situaciones que no espera. Teniendo el duro trabajo de tener que
levantar las escenas en el estacionamiento por el poco reparto que lo acompaña,
lo hace bien sin destacar en nada. Y Dan
Wyllie es el malo de la historia, el que tira palabras venenosas y no aporta
nada más que problema tras problemas.
Su factura técnica es
como el camaleón cambia cuantas veces puede para bien y para mal. La puesta en
escena es sin duda lo mejor de todo el metraje, los escenarios escogidos para
filmar estuvieron acertados, cuidados y detalladamente trabajados. La fotografía
va cambiando una vez que sucede la parte de la catástrofe, para después mantenerse
en un clímax húmedo y frío. Muy logrado el ambiente del supermercado en malas
condiciones, se veía completamente real al ver todo destruido e inundado con artefactos
moviéndose de una lado a otro a punto de caer. Los efectos especiales a ratos están
correctos (a ellos me refería con lo del camaleón) pero en otros están muy flojos
sin mencionar que el tiburón se veía muy computarizado, solo al final usaron
una marioneta robotizada que se vio mucho mejor y real que la animación. Lo
contrario fue con los FXs de maquillaje que estuvieron a la altura de otras cintas
similares. La dosis de gore y sangre que se presenta es alta y jamás pasa a
segundo plano. El 3D utilizado queda de sobra porque las escenas que supuestamente
sobresalen de la pantalla eran sencillas y en vez de impactar de frente se desviaban
para el lado sin impresionar (haberla visto en 3D hubiese sido una perdida de
dinero). El guión reúne el contenido necesario para entretener e innovar sin
caer en rutina de imágenes repetidas, pero el intento de querer ponerse serios arrojando
diálogos sobre cosas del pasado fue un intento fallido y absurdo sabiendo que lograr eso en una de animales hoy en
día es complicado. La banda sonora se
deja llevar más por los sonidos vacíos que hacen eco en el lugar, que por las melodías
y tonos de siempre. Cuando alguien moría se escuchaba ese tema mareador.
En fin, Bait 3D es un pequeño
survival que no decepciona, que tiene errores en abundancia pero comparada con
otras de la misma calaña, esta no es nada. Una película inverosímil que peca en
originalidad, amplia en tópicos y sabia en su desarrollo que hacen de ella
merecedora de un visionado. Después de tener las mandíbulas adoloridas de tanto
apretar los dientes por temor de que esta fuera mil veces peor que Shark Night
y Dark Tide, al final el resultado ha sido satisfactorio y entretenido pegándole
una inmensa patada encima a estos dos BODRIOS con mayúscula. Ver esta producción
australiana sin conocimiento y sin pedir nada más que unas horas agradables, te
puedes llevar una humilde sorpresa. La recomiendo para todos aquellos amantes
de las películas de Asylum y para los que
no tienen paciencia, que no se conforman con un producto fácil, que piden todo
el tiempo grandezas, pues descártenla y se ahorran el destrozarla. Sin alardear,
en mi opinión está a la par con Piraña 3D de Alexandre Aja, que sin nada que
envidiarle entre los efectos y gore se quedan en un empate, solo que Bait tiene
la ventaja de no contener ni una pisca humor negro. Lo mejor es su duración que
se pasa volando y que al terminar de verla, transcurriendo unos cuantos días ya
queda en el olvido. Lo peor es que se realizó con ambición teniendo la intención de
quedar como la película mas taquillera de su país (por el presupuesto) pero viéndola
pensamos que producciones como Wolf
Creek, The Loved Ones o Acolytes con poco dinero son bellezas indiscutibles que
no necesitan más. Australia tiene mucho
que entregar y al paso de los años va creciendo aportando jugosos granos de
arena que quedan en el recuerdo, excepto por esta.
AQUÍ LES DEJO EL TRÁILER:
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